Hace calor...


El Perú es uno de los tres países más vulnerables al impacto del cambio climático.

Durante muchos años se intentó negar lo que es tan evidente: que el cambio climático global es un fenómeno real que está afectando a millones de personas en todo el planeta y que los seres humanos somos los responsables.

El efecto invernadero es un proceso natural necesario para la vida en el planeta, pues permite que la atmósfera absorba parte de la radiación solar que es reflejada por la superficie terrestre. Esto permite que por la noche el planeta no se enfríe demasiado, y hace posible el desarrollo de los ecosistemas.

Esta absorción de radiación, que implica la retención de calor, se produce gracias a la presencia de los gases de efecto invernadero (GEI), que están presentes de manera natural en la atmósfera. Los principales GEI son el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, otros son los gases fluorados perfluorocarbono, hidroflurocarbono y hexafluoruro de azufre.

La causa del cambio climático es la liberación sin restricciones de gases de efecto invernadero en escalas sin precedentes. Este crecimiento vertiginoso se inició con la era industrial, en especial a partir de la segunda mitad del siglo XX. Desde 1950 la presencia de esos gases en la atmósfera se ha elevado de 280 a 380 partes por millón, cifras no registradas desde hace 650 mil años. El incremento de la temperatura en el último siglo ha sido de más o menos 0,6 °C , cifra mayor que cualquiera de los incrementos observados en los siglos anteriores. Se proyecta que al finalizar este siglo, la elevación podría llegar a los 6° C, seis veces lo observado el siglo pasado.

La superficie de nieve y la superficie glaciar vienen disminuyendo en todo el planeta. Como consecuencia, el nivel de los mares ha aumentado 30cm en los últimos cien años, al mismo tiempo que los océanos aumentan su temperatura, pues absorben el 80% del calor adicional que entra a la atmósfera. Mares más calientes generan mayor evaporación y favorecen la presencia de huracanes y tifones. Los niveles de precipitación en África han disminuido entre 16 y 25%, ocasionando una disminución en los caudales de los ríos de entre 50% y 70%.

Estos cambios naturalmente impactan las economías generando enormes pérdidas. Las pérdidas económicas globales por desastres naturales se han incrementado de 200 billones de dólares en los 70 a casi 750 millones en los 90. El cambio climático es el responsable de al menos el 70% de los casos.

¿Y qué pasa con el Perú?

Desde el punto de vista climático, el Perú es un país que enfrenta naturalmente muchos peligros, que podrían intensificarse con el aumento de la temperatura. Por citar algunos casos: la reducción de los glaciares, el aumento del nivel del mar y la presencia de eventos climáticos extremos (lluvias intensas, sequías, heladas, granizadas, etc.). Durante las próximas décadas podríamos enfrentar fenómenos de El Niño más intensos y frecuentes, mientras que las sequías se volverán más prolongadas y agravarán los problemas ya existentes de escasez del agua y alimentos. Sólo El Niño de 1997-98 generó pérdidas por 3.500 millones de dólares, cerca del 4,5% del PBI nacional. El aumento del nivel del mar, calculado entre 60 y 81 centímetros para los próximos cien años, afectará toda nuestra costa, especialmente las zonas más bajas como Piura.

El Perú es uno de los tres países del mundo más vulnerables al cambio climático, junto con Bangladesh y Honduras.

¿Cómo se obtiene este índice?

La vulnerabilidad es resultado de la gravedad de los peligros que enfrentamos y de nuestra pobre capacidad de respuesta. El Consejo Nacional del Ambiente (Conam) desarrolló para el Perú un mapa de vulnerabilidades que muestra las áreas del país que se encuentran en mayor peligro. Para hacerlo se cruzaron tres factores: el mapa de pobreza del Índice de Desarrollo Humano del Perú, el mapa de peligros climáticos (aluviones, huaycos, sequías, inundaciones, heladas e intensas precipitaciones) y el mapa de zonas de agrodiversidad (zonas cuyos recursos de germoplasma nativo son parte importante de la seguridad alimentaria y productiva de los pobladores). Al considerar estas variables, se ha identificado que las zonas más vulnerables del Perú son la cuenca del río Piura, la cuenca del río Alto Mayo (en la selva alta), la cuenca del río Santa, la Cordillera Blanca , la cuenca del Mantaro, la zona glaciar del Cusco y la cuenca binacional del lago Titicaca.

Cuéntame... ¿Qué opinas? ¿Crees que estemos a tiempo de revertir el daño? ¿Qué crees que podríamos hacer para mejorar la situación? ¿Qué haces tú al respecto?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante que el Perú cuente con un mapa de vulnerabilidades. Lo que no me parece es que tenga tan poca difusión y no se entere nadie.

Creo que todo está tan dañado que se hace una tarea de titanes el poder revertirlo, pero sí me parece que si dejamos de interesarnos sólo por el bolsillo y vemos más allá de nuestras narices por una vez en la vida, podemos por lo menos desacelerar la desgracia.

Mel dijo...

Hola Ana Paula,
Existen propuestas en todo el mundo que podrían desacelerar el problema, pero poco compromiso REAL de algunas naciones o entidades gubernamentales.
Existen tratados y acuerdos, pero poca o muy lenta acción que sigue poniendo en manos de los "privados" y de "la gente común" la solución al problema.
Aprendamos TODOS a responsabilizarnos de nuestras acciones y a intentar generar un cambio, por más pequeño que sea.